Sánchez acepta pactar con Rivera un 155 y la renuncia a subir impuestos a la clase media
Tras la oferta de Albert Rivera llega la respuesta de Pedro Sánchez: el presidente del Gobierno en funciones está dispuesto a pactar con Ciudadanos un 155 en Cataluña, incluso de tipo duro, pero siempre que sea porque el Gobierno de Quim Torra desacate la sentencia del Tribunal Supremo en el juicio del 1-O o cometa ilegalidades o lidere enfrentamientos en las calles contra la resolución judicial. Sánchez además aceptará el compromiso de que las subidas de impuestos no toquen a la clase media.
Rivera pidió este pasado lunes tres condiciones a Sánchez para cerrar un pacto conjunto con el PP de apoyo a la investidura del socialista antes del 23 de septiembre. Esas condiciones incluían los siguientes puntos: primero, la ruptura de los acuerdos del PSOE con EH Bildu en Navarra.
Segundo, la defensa de la Constitución en Cataluña con aplicación del 155 en caso de desacato de Torra a la sentencia del juicio del golpe separatista del 1-O, y con renuncia expresa a un hipotético indulto a los golpistas condenados. Y tercero, que Pedro Sánchez renuncie a un nuevo saqueo fiscal a los españoles fruto del incremento del gasto en 30.000 millones de euros que pretende abordar el socialista en su nuevo mandato.
Pedro Sánchez ha afirmado ya que “en Navarra el Gobierno es constitucionalista”, en referencia al que mantiene el PSOE-PSN pactado con los separatistas de Geroa Bai y con el acuerdo de abstención de los proetarras de EH Bildu. Y, además, se desmarca de la presión de Ciudadanos desvelando también que su partido cuenta ya con aplicar ese 155 en caso de que sea necesario sin que haga falta que se lo pida Ciudadanos.
El 155 en Cataluña
Pedro Sánchez no quiere recurrir en estos momentos a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Pero en caso de tener que hacerlo, tal y como confirman a OKDIARIO fuentes socialistas, hará un 155 y no de tipo suave: planea intervenir la comunidad autónoma durante un periodo mayor que el empleado por Mariano Rajoy si es necesario e, incluso, ocupar el Govern con cargos de su partido en Cataluña, el PSC.
El Gobierno de Pedro Sánchez no quiere cruzar la línea del 155 y de su consiguiente intervención del Ejecutivo catalán. Pero lo cierto es que ya ha preparado un plan para que, si no queda más remedio, lo aplique. Es más, ya ha trasladado internamente a su partido en Cataluña, al PSC, que en caso de llegar a este punto, no tomará el mando desde Madrid como hizo Mariano Rajoy, sino que implantará cargos desde allí por medio de la capacidad que le confiere el Senado.
Sánchez, sin apoyos
Los socialistas no quieren llegar a ese punto por nada del mundo. Y es que significaría romper su estructura de apoyos, basada principalmente en los votos de ERC. Pero si, tras la sentencia del 1-O la escalada de violencia es notable y hay participación activa del Govern, el 155 llegará. El argumentario del PSOE, así, ha empezado a prepararse ya.
La idea pasa por sacudirse la imagen de un partido que ha sido o cómplice de los separatistas: tiene pactados 47 municipios con PDeCAT y ERC. Y es que, tal y como valoran los expertos del PSOE, si no se pueden apoyar electoralmente en los separatistas, deberán emprender el camino contrario.
Y todo ello requerirá de aplicar ese 155 durante el suficiente espacio como para demostrar que no se ha tratado de un simple juego electoral, sino de que se creyó en el diálogo y han sido los golpistas los que han traicionado ese intento. Y todo ello, Sánchez acepta pactarlo con Rivera. En el tema fiscal, Sánchez acepta pactar igualmente que las subidas de impuestos no toquen a la clase media trabajadora.